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La autora.
Su verdadero nombre es Cristina García Morales. Nacida en Granada, año 1985, y residente en Barcelona. Licenciada en Derecho y Ciencias Políticas y especialista en Relaciones Internacionales. Autora de la novela Los Combatientes (2013), galardonada con el premio INJUVE de Narrativa 2012; a la anterior le siguieron Malas palabras (2015), Terroristas modernos (2017) y Lectura fácil (2018), premio Herralde de Novela 2018 y premio Nacional de Narrativa 2019. Sus cuentos han aparecido en numerosas antologías y revistas literarias. En 2017 le fue concedida la Beca de Escritura Montserrat Roig, en 2015 la de la Fundación Han Nefkens y en 2007 la de la Fundación Antonio Gala para Jóvenes creadores. Es miembro de la compañía de danza contemporánea Iniciativa Sexual Femenina.
La Obra.
Nunca miro las listas de los libros más vendidos. No acostumbro a dejarme arrastrar por los premios a la hora de seleccionar un libro. Paso de los best sellers. Me fio mucho del boca a boca y de algunos críticos independientes. ¿Por qué compré este? Puestos a recordar, creo que me llamó la atención el título o váyase a saber, admito esta inseguridad, si influyó algún comentario muy positivo que me llegó de la gente joven. Sería eso, las dos cosas. Una vez que lo leí, quedó encima de mi mesa a a la espera de una reseña que no llegaba. ¿Por qué? Pues porque se me hacía cuesta arriba. Llegué a pensar que bien pudiera ser que por mi respetable edad o bien por ser “un imbécil ciudadano” este tipo de literatura, joven, rompedora, diferente, valiente, se me hacía ya difícil de asumir. Ahora la cuarentena del coronavirus -que me ha regalado un tiempo-, me ha proporcionado la oportunidad, por mucho que me cueste, de comentarla y adelantar, además, el trabajo que suelo reservarme para mis vacaciones de verano.
El libro tiene un claro trasfondo de experiencia personal, la de la dedicación a la danza para personas con discapacidad física y, a veces, también intelectual, que para mí fue lo que más se me atragantó en la lectura. En todo caso la danza sirve de excusa para tratar otros temas, lo verdaderamenteimportante de este libro.
Se trata de una obra que merece la pena por encima de cualquier consideración, la literaria incluida. Es un libro valiente, que reparte porrazos, y vaya si lo hace, desde el escenario donde se desarrolla, Barcelona, en este caso una ciudad oscura y capaz de empujar al desamparo y al olvido a sus habitantes más desprotegidos y a los que no permite el más mínimo atisbo de disentir. A la hora del reparto hay mandobles para los independentistas, para los de la CUP, para los fachas neoliberales, para los movimientos asamblearios detrás de los que se esconden los intereses de quienes a lo que andan es a la procura de buscarse un sitio en el mundo…y hasta se mete y le da un repaso a algunos con nombre propio.
Es evidente que se trata de una novela con trasfondo político, vanguardista, inteligente, no exenta de humor (corrosivo) y también de páginas dedicadas a la inevitable presencia del sexo y a la problemática derivada de quienes tienen que hacer frente al estigma de la discapacidad. Esta es una novela radical en sus ideas, en su forma y en su lenguaje. Parte, no sé ni para que lo digo, de una conciencia feminista: Ni amo, ni Dios, ni marido, ni partido, ni de futbol, así reza el subtítulo, simulando un grafiti, que habla por sí mismo.
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