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El autor.
Paris, 1957. Es escritor, guionista y realizador de cine. Diplomado por el Instituto de Estudios Políticos de París. Hijo de la sovietóloga de la Academia Francesa Hélène Carrère d’Encausse. Novelas publicadas: L'Amie du jaguar, 1983; Bravoure, 1984; La Moustache, 1986; Hors d'atteinte, 1988; La Classe de neige, 1995 (en español, Una semana en la nieve); L'Adversaire, 1999 (en español, El adversario), Un roman russe, 2007 (en español, Una novela rusa), D'autres vies que la mienne, 2009 (en español, De vidas ajenas); Limónov, 2011 (en español, Limónov) y El Reino, 2015, a lo que hay que añadir tres novelas recuperadas de sus inicios. Traducido a diferentes lenguas y galardonado con numerosos premios. Dicen que es uno de los mejores escritores franceses de las últimas décadas.
La Obra
No tengo perdón de Dios, he vuelto a picar comprando un libro por lo que sucedió a su alrededor. ¡Qué bien se lo monta este autor! Y con esta ya van tres referencias a libros de este escritor en mi página web (marzo, 2016 y marzo, 2017). Hasta aquí hemos llegado, prometo no reincidir. No me gustó nada, sobre todo, la primera mitad, que hasta algunos dirán que es la mejor. ¡Toma yoga! En la red verán comentarios para todos los gustos., para que te fíes. El libro, de acuerdo a la faja, pues parece que tiene de todo: autobiografía, ensayo, crónica periodística y ficción. Como en botica. El autor, encima, tiene el santo morro de engañarnos, lo sabemos por su exmujer, la periodista Hélène Devynck, con la mantuvo una pugna judicial que desembocó en la supresión de la parte del libro en la que aparecían ella y su tormentoso divorcio, después de asegurarnos que su “primera regla es no mentir”.
Yoga comienza con la descripción de un retiro vipassana al que el autor asiste en enero de 2015: diez días meditando, en estricto voto de silencio, desconectado de todo, entregado a la práctica del taichi y el yoga (algo que podría ser de interés para los aficionados a ese mundo, lo que no es mi caso), un retiro que se ve obligado a interrumpir debido al atentado terrorista contra Charlie Hebdo, en el que murió un amigo, que sacudió a Francia. A los recuerdos de la primera parte le sigue una especie de prisa por contarlo todo en lo que resta del libro, con el omnipresente autor siempre en el centro del relato: la devastación del terrorismo islámico, la envidia por no ser tan famoso como su compatriota Michel Houellebecq, la muerte de su editor de toda la vida, un affaire extramarital (contado con esnobismo y sin gracia), el divorcio, el diagnóstico de trastorno bipolar, un “episodio depresivo, con elementos melancólicos e ideas suicidas en el marco de una perturbación bipolar del tipo 2”, un internamiento psiquiátrico, la terapia de electroshocks (que hoy se llama TEC) y, para cerrar, la redención biempensante: la crónica del drama de unos adolescentes árabes refugiados en la isla de Leros, frente a la costa turca, a la que viajó para convertirse en su profesor de taller literario.
El libro no es de ritmo ligero ni mucho menos. A los que no les interese el yoga o la meditación les aconsejaría que ni se asomasen, porque al ser de ritmo lento y espeso se les puede hacer eterno. Muy aburrido. Si algo puede ayudar a llegar hasta el final es que está compuesto de textos cortos, pero para mí, aun así, soporífero.
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