La autora.

París, 1932. Nacida con el título de princesa Héléne Elizabeth Louise Amelie Paula Dolores Poniatowska Amor. Escritora- hatocado casi todos los géneros literarios- y periodista afincada en México durante la Segunda Guerra Mundial, a donde llegó con diez años de edad. Hija del príncipe Jean E. Poniatowski — Jean Jose Evremond Sperry Poniatowski y de la mexicana María de los Dolores Amor Escandón. Su madre había nacido en 1913 en México en el seno de una familia porfiriana exiliada tras la Revolución mexicana. El padre descendía del príncipe Stanisław Poniatowski, quien era sobrino del último rey de Polonia. En 1949, fue enviada a los Estados Unidos para estudiar, primero internada en un colegio católico de Filadelfia, el Convento del Sagrado Corazón de Eden Hall (Torresdale, Pensilvania), y después en el Manhattanville College de Nueva York. De regreso, en el año 1953, comenzó a dedicarse al periodismo y a colaborar con muy diferentes medios a lo largo de su vida, tantos nacionales como extranjeros. El primer libro de ficción que publicó fue Lilus Kikus en 1962, una colección de cuentos, seguida en 1963 por Todo empezó el domingo. El reconocimiento internacional le vino con sus libros de testimonios: Hasta no verte Jesús mío, y La noche de Tlatelolco (1971), acerca de la matanza ocurrida el 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas. En la década de los 90, además de continuar con su labor periodística, publica Todo México(1990), Tinísima (1991) -sobre la vida de la fotógrafa italiana Tina Modotti-, Paseo de la Reforma (1997), Todo empezó en domingo (1998), Cartas de Álvaro Mutis a Elena Poniatowska (1998), Las soldaderas (1999), Juan Soriano, Niño de mil años (1999). Con La piel del cielo (2001) obtuvo en España el premio Alfaguara de Novela. En 2005 se publicó El tren pasa primero; con esta novela, que tiene como protagonista a un líder sindical ferroviario, Elena Poniatowska se hizo merecedora del XV Premio Internacional Rómulo Gallegos (2007). En 2011, la escritora obtuvo el premio Biblioteca Breve de la editorial Seix Barral por su novela Leonora, sobre la vida de la pintora Leonora Carrington. A pesar de sus orígenes aristocráticos, Poniatowska ha sido políticamente de izquierda y una defensora de los derechos humanos que ha influido con sus puntos de vista sobre los sectores intelectuales más prominentes de México. A partir de 2007, el gobierno de la Ciudad de México, a través de la Secretaría de Cultura, instauró el Premio Iberoamericano de Novela Elena Poniatowska, dotado de 500.000 pesos. En 2011 se crea la Fundación Elena Poniatowska con los objetivos de organizar, difundir y preservar el archivo histórico de la escritora y su familia, apoyar a los grupos sociales que ha retratado en su obra y promover el debate público sobre la cultura mexicana. Además de una gran serie de premios y distinciones con los que ha sido distinguida, en 2013 fue galardonada con el Premio Cervantes.

La Obra.

   

Continuamos con literatura de Hispanoamérica, en este caso con el libro preferido por su autora. Viene con una dedicatoria que dice: “con todos los deseos de su buena amiga”, y nos lo hizo llegar mi entrañable compañero de tantas cosas de la vida, el doctor Raúl Calzada, que desde México DF no deja de acercarme periódicamente a la literatura de su país.

El libro va de una mujer, Jesusa Palancares, quien nos cuenta su vida, y de otra mujer, precisamente la autora, quien la recrea con maestría extraordinaria y una sensibilidad excepcional – “podé, cosí, remendé, inventé”, nos lo recuerda la misma Poniatowka-. Jesusa es una mujer de extracción humilde de Oaxaca, huérfana de madre a temprana edad. Se casa con un militar y, a pesar de su descontento frente a la violencia que recibe de su marido, Jesusa logra conocer todo México combatiendo con las tropas de la revolución mexicana. Cuando su esposo muere, Jesusa, quien se queda totalmente desamparada en la capital, sin saber leer, sin conocer a nadie, totalmente desprotegida, decide vivir ahí. Tendrá que subsistir a costa de dedicarse a todo tipo de oficios, por lo que acabará conociendo el duro trabajo de las fábricas y el no menor de las casas como sirvienta y lavandera. La dura existencia le llevará a encontrar refugio en la espiritualidad y la religión y a creer en la reencarnación.

Una novela excepcional, que arroja luz sobre momentos y costumbres cruciales de la sociedad mexicana. Narrada en primera persona, en un lenguaje popular –empleo generalizado de los mexicanismos- tratado con especial sensibilidad, y diría que conocimiento, por la autora. Aunque a lo largo de mi lectura se me resistió el significado de algunas palabras eso no representó un mayor problema en lo que se refiere a la comprensión del texto, ni lo convierte en un libro difícil. Todo lo contrario, me resultó francamente entretenido. Casi no se sabe muy bien porqué pero la verdad es que engancha. Quizás la razón se encuentre en la interminable variedad de aventuras, en algunas ocasiones demasiado increíbles, que le suceden a la protagonista, una mujer que existió de verdad y que se llamaba Josefina Bohorquez, originaria de Miahuatlan de Porfirio Díaz, estado de Oaxaca. Según parece la autora le solicitó que le narrara su vida, a lo que, aunque con recelo, accedió. Poniatowska la visitó en su chabola cada miércoles de cuatro a seis de la tarde para entrevistarla, grabadora en mano, siguiendo, de alguna manera, que hizo muy propia, la técnica que había aprendido del autor norteamericano Oscar Lewis. Una obra que sobrepasa el calificativo de novela testimonial – en todo caso un factor que ayuda a incrementar el interés del lector-, pero la verdad es que se nota la presencia, en todo momento, de las capacidades, el talento y hasta las ideas de una gran escritora. Poniatowska logra lo que está reservado a muy pocos escritores, convertir a la protagonista, a Jesusa, en un personaje inolvidable de la literatura de todos los tiempos.