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El autor: Nacio en Inglaterra en 1966. Autor de
tres libros: Younghusband, Liberty or Death y Tibet, Tibet. Ha obtenido
diferentes premios, entre ellos el del Circulo Nacional de Críticos Literarios
por ésta, su biografía de V.S. Naipaul.
La obra: En días de navidad terminé de leer el libro de
Patrick French, titulado El mundo es así, la biografía del premio Nobel V.S.Naipaul.
La obra abre con esta frase: “(…) Egoísta, irritable, narcisista, engreído,
polémico, ambicioso, resentido, soberbio, cruel, arrogante, desagradecido…y
brillante.” Calificaciones contundentes, parece ser que autorizadas. Claro que
si le soltamos todo eso al primero que se nos presente delante, tampoco nos lo
podría rebatir, ya que algo o mucho de lo referido nadie está libre de serlo
alguna vez en la vida, sin necesidad de llegar a ser brillante, todo hay que
decirlo. En la indicada biografía, que personalmente no terminó de convencerme,
me enfrenté con muchas hojas para lo que esperaba encontrarme, quizá sentí
demasiado el peso de lo irrelevante, la presencia de demasiados detalles
secundarios. Por lo leído no me resultó difícil deducir que Naipaul fue un luchador que nació de la nada y que, a base de mucho sacrificio, acabó
consiguiendo lo que se proponía. Para lograr sus fines tuvo la suerte de tener
a su lado una mujer entregada, Pat, que se lo permitió todo, hasta el extremo
–como dice French- de llegar a tener “una madre en
casa y una puta en Sudamérica.”, y la del otro continente se llamaba
Margaret. La clave de todo el libro la
encontré en el siguiente texto: “Era incapaz de averiguar dónde me estaba
esperando Pat. Acabé encontrándola. Iba en silla de ruedas y era evidente que
estaba muy alterada, muy infeliz y que tenía dolores y que llevaba un buen rato
esperándome sola, y yo llevaba todo el día cabreado. Cuando la vi, me dio una
vergüenza tremenda. Fue algo muy desagradable para mí. Mientras Pat podía
cuidarme, todo iba bien. Cuando vi que tenía esa enfermedad, me avergoncé de mi
ira. Debería haber hecho más. Es lo que pasa con el trabajo.” Detrás de tales palabras: un hombre que solo
vive y respira para lo suyo, y que solo por un momento parece sentirse
culpable. A través de esta biografía acabo viendo a un Naipaul obsesionado con el éxito, sobreprotegido por su mujer de la que es dependiente,
para el que la amistad no es nada importante, que tolera mal las críticas,
necesitado de admiración, intentando imponerse siempre al resto, esperando
recibir siempre un trato de favor y con tendencia a descalificar cuando se le
pregunta su opinión sobre alguien. Esta es mi conclusión, que no sé muy bien si
concuerda con lo autorizado: Naipaul es el prototipo
del narcisista. Los hombres así, luchadores y pagados de si mismos, no dejan de
tener su atractivo para ciertas mujeres, y Naipaul,
que dijo de sí mismo ser el negro que no fue a Londres para hacer el
gilipollas, amargó la vida de algunas
que, sin embargo, le sostuvieron. Dicho esto, más de veinte libros que incluyen
al menos una media docena de indiscutidas obras maestras justifican el premio
Nobel concedido en 2001 a este gran escritor, poco conocido por estos
pagos. En definitiva, V.S. Naipaul o también Vidia sin más,
un hombre, y como la vida misma, capaz de hacerse merecedor del título de
caballero que recibió de manos de la reina o también de que le retiren el permiso de conducir por hacerlo borracho.
Resulta evidente que dicho todo lo anterior, todos los interesados en la
personalidad de un escritor polémico y brillante, Naipaul,
no se la deben perder.
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