Milan Kundera . La fiesta de la insignificancia. Barcelona, Tusquets Editores.

   
 

El autor. Nacido en la República Checa el 1 de Abril de 192. Desde 1975 reside con su esposa en Francia, cuya ciudadanía adquirió en 1981. Fue expulsado del Partido Comunista tras los sucesos de 1948. Tuvo que ganarse la vida mediante diversasocupaciones, en especial como pianista de jazz. Estudió en la Facultad de Cine de la Academia de Praga, finalizando los estudios en el año 1952. En 1956 se reintegró en el Partido Comunista, del que fue expulsado definitivamente en 1970 al no estar de acuerdo con sus posiciones totalitarias. Su primera novela, La broma, una sátira del comunismo stalinista, obtuvo en 1968 el Premio de la Unión de Escritores Checoslovacos. En 1968, a consecuencia de la invasión soviética a su país, sus obras se prohibieron y se quedó sin trabajo (se le expulsó de la cátedra de la academia cinematográfica). Un año antes, se había casado con Vera Hrabankova. En 1975 consiguió emigrar a Francia. Entre ese año y 1980, enseñó literatura comparada en la Universidad de Rennes, y más tarde en la École des Hautes Études de París. La vida está en otra parte obtiene el Premio Médicis a la mejor novela extranjera publicada en Francia durante el año de su aparición. Su siguiente novela, La despedida, obtuvo el Premio Mondello al mejor libro editado en Italia. En 1981, el conjunto de la obra de Kundera mereció en Estados Unidos el Commonwealth Award, premio otorgado simultáneamente al conjunto de la obra dramática de Tennessee Williams. Ese año la publicación de El libro de la risa y el olvido le valió la revocación de su ciudadanía checa. En 1982 recibió el Premio Europa-Literatura. En 1984 publicaría La insoportable levedad del ser, considerada como una de sus obras cumbres. Ya en 1985, sería galardonado con el Premio Jerusalén. Tres años más tarde La insoportable levedad del ser sería llevada al cine por el director Philip Kaufman, obteniendo un aceptable éxito. En 2006 se publica por primera vez en su país La insoportable levedad del ser, 22 años después de que se editara en París. En 2007 recibe el Premio Nacional Checo de Literatura de cuya entrega se ausentó aduciendo problemas de salud. Kundera se convirtió desde el inicio de su actividad literaria en un crítico mordaz del socialismo. Milan Kundera está enemistado con el país que le vio nacer.

 


La Obra.



La cuarta novela de este escritor escrita en francés, después de una muy larga espera, 14 años. Partamos de la base de que este autor garantiza el éxito, aunque la obra, a pesar de una aparente liviandad, no resulte de un asimilable generalizado.  Sospechen, en tal sentido, cuando algunos la consideran “una fiesta de la inteligencia”. También alguien escribió que se trataría de una broma para gente muy seria o una picassiana lección. ¿Ya se han hecho una idea? Si, bastante aire kafkiano, han acertado, este libro encierra cuestiones de mucho seso (y sexo también) asentado en un texto que destila buen humor. Leer a Kundera resulta fácil, que otra cosa es comprenderle, y esto lo asegura la buena traductora de este libro, Beatriz de Moura. Un libro a todas luces que desborda inteligencia, un ajuste de cuentas con el pasado, que puede terminar generando la necesidad de volver a leerlo por parte de los que presumen de no querer entregarse a la desmemoria y a la decadencia cultural. Si alguien no lo termina, yo no lo acusaré de nada. La trama de la novela es insignificante. Comienza con una disquisición sobre la erótica del ombligo, que no es un mal inicio, y termina esperpénticamente con un bigotudo saludando al público en el jardín de Luxemburgo, con La Marsellesa de por medio. En medio enanos, amigos pasados de copas, incontinencias urinarias, alusiones al pensamiento de Hegel, una botella de Armagnac, plumas de ángel,  una exposición de Chagall…Toda una pieza para teatro de marionetas, que protagonizan Alain, Ramón, Charles y Calibán, cuatro amigos que viven en París, y donde asoman la desconocida ternura de Stalin,  los ombligos femeninos sobre los que medita Alain (todos son iguales), una viuda muy alegre y un actor en paro (Calibán) que se hace pasar por camarero paquistaní, por decir algo. Segunda línea del primer capítulo: …Alain pasaba lentamente por una calle…, y a mí que me suena mejor paseaba o caminaba. Pues eso, una obra para los que les gusta pensar o presumir de que la han leído (es cortita).

    





 

 

   
 

La inteligencia sólo da su medida si la trabajas.

   
 
 
 
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