El autor. Nació en Nueva Zelanda, en 1967. Es uno de los más prestigiosos escritores neozelandeses. Su obra, formada porocho novelas de literatura juvenil y un ensayo científico, ha sido galardonada en numerosas ocasiones. Génesis, su último libro, surgió durante el año que Beckett se dedicó a investigar en el Allan Wilson Centre for Molecular Evolution y se convirtió en un éxito sin precedentes en su país. Tras ser ‘descubierta’ por un editor australiano, la novela sería objeto de un gran lanzamiento en Gran Bretaña y fue traducida a más de 20 lenguas. En la actualidad, Bernard Beckett es profesor en la región de Wellington.

La Obra.


No me va a resultar fácil hacer un comentario sobre este libro, que muchos ya habréis leído. Una, porque no soy un aficionado de los libros de ciencia ficción y dos,  porque en la propia red existen reseñas excelentes (les recomiendo esta). Me lo regaló una mujer a la que aprecio y admiro mucho, así que no podía negarme a su lectura.

La obra, impregnada de filosofía, comienza casi (primera página) con la aseveración del tutor de la protagonista: “La imaginación es la hija bastarda del tiempo y la ignorancia: Pero no tengo nada contra los hijos bastardos”.  Pues eso, que yo no tengo nada contra los adivinos, aunque traten sobre asuntos ya bastante manidos y casi ya no tan fantásticos, tal es el caso de este libro. Partiendo de tan ecléctica posición, pongamos a favor del autor que, valiéndose de una estructura fácil, de pregunta-respuesta, nos facilita la lectura y nos la hace fresca, viva y, en ocasiones, también mordaz. Súmenle además, nada despreciable, la sorpresa de un final inesperado. Por lo demás,  para que voy a hacer ninguna consideración especial respecto de  este libro, sería meterme sin necesidad en complicaciones innecesarias, cuando lo avala la demanda de tantos lectores.

 Sé que se trata de un tipo de literatura con muchos aficionados y, para los otros, para los no proclives, cuanto “mayor fuera mi promesa, más sonado sería mi fracaso”, por utilizar uno más de esos “profundos” pensamientos que adornan esta novela. Esto es lo que pienso, aunque tantas veces “hasta el mejor camino falla”, que, ya ven, también esta reflexión la encontrarán en sus páginas, que por algo la etiquetan en la contraportada de thriller filosófico y meditación humanista. Y admitamos eso, puesto que no en vano, valiéndose de un tosco robot con cara de mono, que está aprendiendo a pensar, es cuando de verdad en esta novela se llegan a plantear las cuestiones filosóficas más interesantes: ¿Qué es la inteligencia? ¿Qué es la conciencia? ¿Qué es lo que una máquina no puede replicar de nosotros? ¿Qué nos hace humanos?  

El argumento, muy resumido: Anaximandro es una chica que se presenta al riguroso examen de ingreso en la Academia, el órgano de gobierno de la utópica sociedad en la que se ha criado. Ha sido preparada por su tutor, Pericles, para el duro examen oral de 5 horas. El tribunal que la examina es inflexible, pero ella va contestando a sus preguntas lo mejor que puede. Se ha especializado en la figura de Adán Forde, que lo cambió todo y fue el detonante de lo que vino después. ¿Qué vino después? Tendremos que llegar al final para descubrirlo.