Samuel Pepys. Diarios. Editorial Renacimiento.

   
 

El autor:  Londres, 1633 – Clapham, 1703.  Sin ser escritor propiamente dicho, sino administrador naval inglés (llegó a ser Secretario Principal del Almirantazgo) y miembro del parlamento,  es hoy en día reconocido por su portentoso diario que escribió entre 1660 y 1669 y a través del cual podemos conocer todo el proceso de la restauración inglesa. A lo largo de sus páginas se pueden leer episodios de la historia como la gran plaga de 1665, la guerra contra Holanda y el gran incendio de Londres de 1666.

La obra: Un libro sorprendente, interesante y divertido, no me lo esperaba. Se trata de los Diarios de Samuel Pepys, con sus bondades y sus iniquidades, que nos da toda la información de otro tiempo. De lo que no cabe la menor duda es que Pepys fue un hombre increíble, al que todo le interesaba, divino o humano, inteligente sin duda, el hombre que disfrutaba de la vida, de una conversación, de sus aventuras picantes o, sin más, de un buen guiso. El  libro, a través de una gran naturalidad,  consigue hacernos vivir toda una época: las intrigas políticas (ayer como hoy), las vicisitudes de la guerra contra Holanda, el incendio de Londres, la vida íntima del rey Carlos II,  los ascensos de los maridos a consta de permitirle al favorecedor acostarse con su mujer,  mucho de lo relacionado con el vino y la buena mesa, enfermedades (la peste), las ejecuciones públicas con asistencia de un numeroso público,  la relación con su mujer (a la que cuando lo estima oportuno no duda en pegarle), la religión, las envidias, los celos, las múltiples tabernas de curiosos y evocadores nombres (Roble Real, Media Luna, del Oso, del Cisne, el León Blanco, del Vellocino y así), modas (uso de peluca, etc.), las compras de su mujer y las suyas, el dolor de muelas y otros padecimientos (intervenido de cálculos), todo  un mundo (la Inglaterra del XVII) que resulta fascinante y que nos mueve a devorar el libro con fruición. Pepys recurrió, para redactar sus notas, a un sistema de tipografía que le permitió expresarse con sinceridad, ya que si lo que escribe (nombres y sucesos) hubiera sido conocido por sus contemporáneos, podría haberle costado muy bien la carrera o incluso, más que probable, la vida. No sienta nada mal leer un libro de un burgués ilustrado del siglo XVII, contento de cómo le marchaban sus cosas,  en momentos en los que la gente tiene tanta tendencia a la insatisfacción, a quejarse de los tiempos que le han tocado vivir.

   
 
                                                              Hay vidas que piden un florero y otras un cenicero.
   
 
 
 
Libros
Notas de prensa y colaboraciones
Enlaces
Contacto
Tu compra
Mis recomendaciones entrefraseadas
Literatura de Viajes
Bookmark and Share