Samanta Schweblin. Pájaros en la boca y otros cuentos. Literatura Random House, Barcelona, 2017.

   
 

La autora. Nacida en Buenos Aires, 1978. Estudio la carrera de Diseño de Imagen y Sonido en la Universidad de Buenos Aires.Traducida a más de veinte lenguas y becada por distintas instituciones, ha vivido brevemente en México, Italia y China. Desde 2012 reside en Berlín, donde escribe y dicta talleres literarios. Sus libros de cuentos El núcleo del disturbio, Pájaros en la boca y Siete casas vacías obtuvieron, entre otros, los premios internacionales Casa de las Américas, Juan Rulfo y Narrativa Breve Ribera del Duero. Distancia del rescate, su primera novela, obtuvo los premios Tigre Juan y Ojo Crítico y fue nominada al Man Booker 2017.



La Obra.



   No sé si declarar, a título personal, este año que termina como EL AÑO DEL CUENTO. Esta es la tercera reseña que hago sobre este género, tras las de Carver y Pilar Adón, para terminar cerrando el mes de diciembre con un libro que, anticipo, me gustó especialmente. Insisto, porque creo que ya lo dije en alguna otra ocasión: en España no existen muchos lectores para el cuento. Ahora bien, parece notorio que algo, en positivo, está pasando, cuando las editoriales se inclinan cada vez más por publicar este tipo de obras. No suelen ser de lectura fácil, porque, desde Carver sobre todo, parece que si  quieres estar a la última, prima lo onírico o lo fantástico, lo absurdo, a veces incluso lo grotesco, lo terrorífico, y desde luego esos finales que quedan supeditados a tu libre incumbencia, con lo que al placer de la lectura se suma el de plantearte tu propio final (si es que esto último lo consideras realmente un placer, lo que no acostumbra a ser mi caso, a pesar de que también me haya dejado, en alguna ocasión, llevar por esa moda en mis escritos). Todas las consideraciones que acabo de hacer vienen a decirnos, reitero, que el acceso a tal tipo de literatura no es fácil para el común de los mortales y ni siquiera, en ocasiones, para los no comunes. Debo reconocer que en el caso de Samanta Schweblin aunque se encuentra en dicha tendencia, cuando la lees, acabas encontrando un mensaje más o menos evidente. Si para conseguirlo  necesitas leerla dos veces no te sientas avergonzado. Cierto es que si alguien provoca tal necesidad, y es el caso, pues hay que admitir que algo tiene que tener.

El cuento Pájaros en la boca, que da título al libro, nos enfrenta con la situación de un padre capaz de afrontar lo que sea por el bienestar de su hija. Irman, el cuento que abre el libro, me resultó particularmente curioso dada mi condición de endocrinólogo pediatra, donde el problema de una baja estatura (bueno, también lo es ser muy alto) y la dificultad de superar el cumplimiento de las obligaciones por culpa de eso, le lleva al protagonista del relato a supeditar la presencia de su mujer muerta a lo que sea, con tal de seguir adelante con su negocio. El relato Conservas trata de una pareja de jóvenes que ante la realidad de un embarazo no deseado, se someten al tratamiento de un extraño doctor. En Mariposas se pone en evidencia que las obsesiones de los padres pueden ser la ruina de sus hijos. Papá Noel duerme en casa nos sitúa ante la ruina de una familia y la maravillosa inocencia de un niño. Valgan estas consideraciones con respecto a algunos de los cuentos para poner en evidencia el trasfondo con que se van a encontrar detrás de cada uno de ellos.  En definitiva todos los cuentos despertaron mi interés, pero hay uno en especial al que también quisiera referirme, La medida de las cosas, en el que un tal Enrique Duvel, un soltero rico que vive con su madre, se acerca a la juguetería de su barrio pidiéndole a su dueño la posibilidad de quedarse allí, alegando que su madre le ha quitado el auto, lo ha echado de su casa y lo ha dejado en la calle. El dueño de la juguetería (y narrador de la historia) se apiada de quien es su mejor cliente y lo deja quedarse. Entonces, Enrique comienza a sufrir unos progresivos cambios de comportamiento hasta llegar al límite de la excentricidad, hasta que la situación, pasando por una madre autoritaria, se resuelve de una forma inesperada.

Pájaros en la boca y otros cuentos se acompaña del valor añadido de que los relatos que incorpora han sido seleccionados por la propia autora de entre toda su obra publicada y de contar con dos nuevos relatos inéditos, hasta alcanzar un total de veintidós. Dentro de la diversidad, a mi entender, diría que hay relatos muy buenos, otros que están bien, otros más flojos y algunos con finales más que discutibles.

Y al igual que escribí en la anterior reseña, termino asegurando lo mismo: creo que sin decir mucho, he opinado lo suficiente para que cada cual sepa a lo que le conviene atenerse.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              

 





 

 

   
 

NLa realidad siempre será una porquería al lado de aquello que estimula la imaginación.

   
 
 
 
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