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La autora. Dicen que es mujer, italiana, napolitana, madre, separada y mayor de 60 años.Ha publicado El amor molesto,Destino, 1996; Los días del abandono, Salamandra, 2004; La figlia oscura, 2006; La amiga estupenda, Lumen, 2012; Un mal nombre, segundo volumen de la saga Dos Amigas, Lumen, 2013; Crónicas del desamor, Lumen, 2011, recopilación de las tres primeras novelas de la autora; Las deudas del cuerpo, tercer volumen de la saga Dos Amigas, Lumen, 2014; La niña perdida, cuarto volumen de la saga Dos Amigas, Lumen, 2015.
La Obra.
Uy, permitidme, qué mosqueo, otra de marketing, con autor anónimo, que eso ayuda y mucho, incluso demasiado. Me encontré con una llamativa profusión de adjetivos rimbombantes en muchas de las críticas, y eso da que pensar, o mejor, que sospechar. Me la recomendó como muy buena una mujer, a las que tanto creo. Quizás por acercarme con expectativas muyelevadas… pues eso, salí defraudado. Para empezar, ni el título me gustó. Y esa adolescencia que pretende describir… pues tampoco me convenció del todo. Quizás el ambiente se encuentre reflejado, admito que lo consigue, que logra un excelente retrato coral de la Italia, concretamente de Nápoles, de finales del siglo pasado. La acción se desarrolla fundamentalmente en un barrio marginal, pobre, en el que la violencia encuentra fácil acomodo. El amplio elenco de personajes puede obligarte, sobre todo al comienzo de la lectura, a tener que consultar la lista de los nombres que figuran al inicio del libro.
Las protagonistas de la saga son dos chicas, Elena (la narradora) y Lila (diría que la verdadera protagonista), que comparten una amistad compleja, cargada a la vez de competitividad y cariño, que les conduce a pasar por evoluciones a veces paralelas y a veces contrarias. Elena es la hija de un portero del ayuntamiento y Lila la hija de un zapatero. Aunque ambas son inteligentes, Lila la supera con creces, si bien es menos aplicada que Elena, y tiene, también, muchos menos medios y apoyos para seguir estudiando. Con el paso de los años, las niñas dejan de serlo para vivir rodeadas de hombres y preocuparse por cosas de adulto. El entorno de pasiones y violencia que los rodea comienza a cobrar nuevos significados y a exigir nuevas decisiones. Y el final no existe, no es un final: To be continued (primera parte de una tetralogía).
El libro no está mal, sé que es de los que puede tener sus seguidores (as) pero, después de tanta crítica positiva y de tantos incondicionales de la saga, mi conclusión es la siguiente: no es para tanto. Conmigo que no cuenten.
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