Bernhard Schlink. El lector. Barcelona, Anagrama.
   
 

El autor: Nacido en Bielefeld, en 1944. Ejerce de juez y vive entre Bonn y Berlin. De su novela El lector se han hecho traducciones en muchas lenguas, convirtiéndose en un auténtico best-seller internacional y objeto de muchos premios en distintos países, además de haber sido llevada al cine.

 

El libro: La acción se sitúa en la segunda mitad del siglo XX en Alemania—específicamente en y alrededor de Heidelberg—. La novela se divide en tres partes, en las cuales el narrador y personaje principal Michael Berg cuenta de su relación amorosa secreta con la cobradora de tranvía Hanna Schmitz, que se da cuando él tiene 15 y ella 36 años y que se ve marcada sobre todo por las largas sesiones de lectura en voz alta que Michael realiza para Hanna. Un día, no obstante, Hanna desaparece sin dejar rastro. Siete años después, cuando el estudiante de derecho Michael recibe la tarea de observar juicios contra criminales de guerra, se vuelven a cruzar sus caminos cuando Hanna y otras antiguas guardias de Auschwitz son juzgadas como presuntas responsables de la muerte de varias prisioneras judías tras el desmantelamiento del mencionado campo de concentración. En el juicio se determina a Hanna erróneamente como única responsable y se la condena a cadena perpetua. Michael deduce que ella no logra defenderse de manera adecuada porque se avergüenza de su analfabetismo, hecho que mantiene en secreto. Sin adoptar más contacto con ella durante su encarcelamiento, Michael comienza a enviarle paquetes postales con grabaciones de libros. Esta práctica incita a Hanna a aprender a leer y escribir, y eventualmente a mandarle cartas a Michael, que él no responde. Cuando se entera de que Hanna será indultada, Michael, ahora de 41 años, divorciado y padre de una niña, asiente a buscarle una vivienda y un trabajo. Sin embargo, Hanna se suicida el día antes de su liberación y deja heredera de sus ahorros a la prisionera sobreviviente. Cuando Michael la visita en Nueva York, ella se rehúsa a recibir el dinero; de esta manera, Michael lo dona a una organización filantrópica judía de combate al analfabetismo entre adultos. Posteriormente, visita la tumba de Hanna por primera y única vez. El libro me gustó mucho, no en vano va en la 11ª edición en lengua española. Ya estoy harto de libros ambientados en la segunda guerra mundial, de nazis y de judíos, este es diferente. Estilo de una gran precisión, sin adornos, la narración muy directa, que nos lleva a pensar que se trata de una obra casi menor, cuando no es así, se trata de un libro que destila inteligencia y reflexión. El despertar sexual, el amor, el enfrentamiento ante la culpa y las heridas derivadas de un pasado cuya sombra persigue incluso a quienes no sufrieron lo avatares atroces de una guerra, configuran una novela que sin ser el colmo de la ambición, no me hubiera gustado habérmela perdido, de hecho no puedo explicarme como este hallazgo me llegó tan tarde.
   
 
                                     Siempre dispuesto a vivir hoy el mañana: Murió joven.
   
 
 
 
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