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El autor. Javier
Cercas Mena (Ibahernando, Cáceres, 1962). Cuando
contaba cuatro años su familia se trasladó
a Tarragona, donde estudió con los jesuitas.
En 1985 se licenció en Filología Hispánica
en la Universidad Autónoma de Barcelona y más
tarde se doctoró. Trabajó durante dos
años en la Universidad de Illinois y en la actualidad
es profesor de literatura española en la universidad
de Gerona y columnista de El País. Es autor de
seis novelas, El móvil (1987, luego
2003), El inquilino (1989), El vientre
de la ballena (1997), Soldados de Salamina
(2001), La velocidad de la luz (2005) y Las
leyes de la frontera (2012). Su obra consta también
de un libro inclasificable, Anatomía de un
instante; un ensayo, La obra literaria de Gonzalo
Suárez, y tres volúmenes de carácter
misceláneo: Una buena temporada, Relatos
reales y La verdad de Agamenón.
Sus libros han sido traducidos a más de treinta
idiomas y han obtenido numerosos premios nacionales
e internacionales, entre los que destacan los siguientes:
Premio Nacional de Literatura, Premio Ciudad de Barcelona,
Premio Salambó, Premio de la Crítica de
Chile, Premio Llibreter, Premio Qué Leer, Premio
Grinzane Cavour, The Independent Foreign Fiction Prize,
Premio Arzobispo Juan de San Clemente, Premio Cálamo,
Prix Jean Moner, Premio Mondello, Premio Internacional
Terenci Moix, Premio Fundación Fernando Lara
a la mejor acogida crítica (ex aequo), The European
Athens Prize for Literature y el Premio Internazionale
del Salone del Libro di Torina.
La Obra. Pues lo siento pero esta obra
no coincide con mis gustos. Cuando la compré,
abrigaba otras pretensiones que no se vieron correspondidas.
Es un libro que está bien pero que no va más
allá, tal como se le pide a un escritor reconocido
(esto, lejos de representar una ventaja, condiciona
elevadas expectativas y una mayor exigencia). El relato,
diría que documentado con evidente esmero, ofrece
por veces destellos brillantes, aunque, sinceramente,
no termina de confirmarme la sensación que esperaba,
la de haber leído una novela lograda.
El argumento: Se trata de una historia que tiene que
ver con lo que sucede a uno y otro lado de la frontera,
la que separa los bloques de los edificios de la clase
media y los albergues provisionales más allá
del río, la frontera que divide a los charnegos
de los catalanes. En el verano de 1978, cuando España
no ha salido aún del franquismo y no termina
de entrar en la democracia y las fronteras sociales
y morales parecen más porosas que nunca, un adolescente
llamado Ignacio Cañas conoce por casualidad al
Zarco y a Tere, dos delincuentes de su edad, y ese encuentro
cambiará para siempre su vida. Treinta años
más tarde, un escritor recibe el encargo de escribir
un libro sobre el Zarco, convertido para entonces en
un mito de la delincuencia juvenil de la Transición,
pero lo que el escritor acaba encontrando no es la verdad
concreta del Zarco, sino una verdad imprevista y universal,
que nos atañe a todos.
Esta novela se convierte en una pesquisa (en la contraportada
del libro dicen que apasionada) sobre los límites
de nuestra libertad. Un narrador, a quien nunca vamos
a identificar, entrevista a los protagonistas: a Cañas,
alias el Gafitas, un adolescente charnego; a un policía
y al director de la cárcel sobre algo que sucedió
en Gerona en el verano de 1978, relacionado con una
basca, una pandilla de muchachos que viven aventuras
y desdichas. Cañas encarna complejos simbolismos
y se alza como un fiel reflejo de la juventud propia
de la Transición. La figura de Tere, que es la
clave del enlace entre los dos mundos al lado de la
frontera (el amor tiene esas cosas), resulta muy atractiva
y le da vida al libro, superando esta segunda línea
argumental en interés, por momentos, a la representación
del personaje principal. Por el medio de todo lo que
sucede anda la mediopatía y la utilización
de la prensa, que nos aproxima a circunstancias que
son bien actuales y que nos pueden suscitar alguna reflexión
sobre la utilización de esos mecanismos y las
consecuencias derivadas.
Al final del libro figura una nota del autor, donde
se hace mención de una serie de obras que han
servido de base para la composición de Las
leyes de la frontera, entre las que figura Hasta
la libertad, la biografía de Juan José
Moreno Cuenca, el Vaquilla, famoso delincuente barcelonés,
con el que el personaje de Cercas guarda numerosas coincidencias.
La novela, en definitiva, de acuerdo al procedimiento
ya practicado por este escritor en anteriores ocasiones,
reelabora materiales literarios y cronísticos,
tal como acertadamente refiere Ricardo Senabre en su
crítica literaria de El Cultural del periódico
El Mundo. Lo que indicamos es buena prueba de que se
trata de un libro concienzudamente construido y que
viene a confirmar lo ya anticipado: una historia bien
elaborada, con aspectos positivos, pero que, debo añadir,
no me ha dejado el recuerdo de algo imperecedero.
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